Viernes 27 de diciembre de 2024

Expertos coinciden en que FMLN debería cerrar su ciclo político mediante una disolución autoimpuesta

Analistas políticos sugieren que el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) debería optar por disolverse voluntariamente tras los desalentadores resultados obtenidos en las recientes elecciones generales, los más bajos desde que el partido inició su participación electoral en 1994.

Los expertos en sociología René Martínez y Mauricio Rodríguez, junto al politólogo Óscar Martínez Peñate, coinciden en que el partido de izquierda, ante la adversidad electoral vivida el 4 de febrero y el 3 de marzo pasados, debe considerar cerrar su ciclo político mediante una disolución autoimpuesta tras la significativa derrota.

René Martínez se refiere a la situación del FMLN con un tono de humor negro, recordando los tiempos en que el partido, en sus momentos de esplendor, ejerció el gobierno de El Salvador por una década, tuvo el control de las decisiones en el congreso a través de sus diputados, y administró municipios habitados por más de la mitad de la población del país.

«El partido ya está prácticamente disuelto o extinto. Lo que falta es que su liderazgo oficialice su cese», comentó Martínez, destacando el claro mensaje de rechazo expresado por la ciudadanía en las urnas, negándole al FMLN cualquier oportunidad de acceso a cargos públicos en el futuro.

Por otro lado, Rodríguez subraya que la debacle electoral debería motivar a la dirigencia y miembros del FMLN a contemplar su retirada del ámbito político y la posibilidad de reagruparse bajo una nueva bandera política para futuras contiendas electorales.

«El FMLN ha perdido la influencia orgánica que tuvo como partido de masas», señala Rodríguez, recordando los éxitos electorales pasados del partido.

Martínez Peñate, por su parte, argumenta que, dada la catastrófica actuación en los últimos comicios, el FMLN ha perdido toda relevancia entre la población y, en lugar de buscar una reorganización, debería proceder a su total disolución como un paso necesario, dado que se ha convertido en un ente político desgastado.

«El mensaje del electorado hacia el FMLN es de un repudio creciente, que ha culminado en su total invisibilización», concluye Martínez Peñate, con un doctorado en Ciencias Políticas.