Viernes 18 de octubre de 2024

Nadal y Alcaraz ante el desafío Olímpico en París 2024

En la Villa Olímpica, los atletas más solicitados para selfies son Rafael Nadal y Carlos Alcaraz. Tanto los jugadores del equipo de rugby sevens de Argentina como la gimnasta panameña Hillary Heron buscan la oportunidad de fotografiarse con estos astros españoles del tenis, que juntos suman 26 títulos de Grand Slam. Ambos responden amablemente a cada solicitud.

A sus 38 años, Nadal participa en sus cuartos Juegos Olímpicos, los últimos de una carrera monumental que incluye 22 títulos de Grand Slam y dos medallas de oro olímpicas: en individuales en Beijing 2008 y en dobles junto a Marc López en Río 2016. Por otro lado, Alcaraz, con solo 21 años, debuta en los Juegos Olímpicos tras un verano espectacular en el que ganó su primer título en el Abierto de Francia y revalidó su título en Wimbledon, siendo el jugador masculino más joven en ganar Roland Garros y Wimbledon en el mismo año.

En medio de la emoción, París 2024 busca un apodo para la pareja, con opciones como Nadalcaraz, Raflitos o Alcadal. Aunque ambos son conscientes de la ilusión que generan juntos, advierten que sus nombres no garantizan medallas.

“Entiendo el entusiasmo de vernos jugar juntos, pero eso no asegura éxito”, dijo Nadal en una rueda de prensa en la Villa Olímpica. “Con Carlos no he jugado muchos dobles y yo tampoco he jugado muchos dobles ni individuales recientemente. Ambos hemos demostrado que podemos jugar bien, pero hay que demostrarlo en la cancha”.

Alcaraz, emocionado por regresar a París tras su victoria en Roland Garros hace dos meses, comentó sobre el juego de apodos: “No sé qué nombre le pondremos, daremos lo mejor de nosotros. Volver a Roland Garros facilita la adaptación, pero la experiencia olímpica es diferente”.

“Jugar con Rafa es un sueño, pero eso no garantiza éxito. Las medallas no se ganan por el nombre”, añadió Alcaraz. “De Rafa, admiro su forma de competir, de luchar, de nunca rendirse. Intento transmitir eso en mi vida personal”.

Para Nadal, Roland Garros es un lugar especial, con una estatua en su honor. Decidió saltarse Wimbledon para concentrarse en los Juegos Olímpicos. “Creo que estos serán mis últimos Juegos Olímpicos”, dijo Nadal. “Todos han sido especiales. Perderme Tokio y Londres por lesión me dolió más que perder Grand Slams. Valoro mucho estar aquí”.

Además, Nadal aprecia la experiencia de vivir en la Villa Olímpica: “Compartir con compañeros como Carlos te rejuvenece. Es una experiencia diferente a las comodidades del circuito, una vuelta a los inicios como cuando jugabas en torneos pequeños y te alojabas en hostales”.